sábado, 13 de diciembre de 2014

Jaume Raventós Pijoan: Su contribución a la introducción del halotano en la práctica anestésica


Joan Raventos Pijoan    La introducción del halotano en el año 1956 marcó un hito en la historia de la anestesia al poner a disposición de los anestesistas un agente más seguro y eficaz que posibilitó la realización de técnicas quirúrgicas de mayor complejidad y a un mayor número de pacientes, con el consiguiente beneficio para millones de sujetos anestesiados. Hasta ese momento, el número de anestésicos inhalatorios era muy reducido estando sólo disponibles el óxido nitroso, éter, cloroformo, tricloroetileno, cloruro de etilo y ciclopropano, cada uno con sus propias limitaciones, y muchos de ellos descubiertos desde hacía ya un siglo. Estos anestésicos tenían muchos inconvenientes, eran inflamables, explosivos, incompatibles con lima-soda, producían náuseas y disritmias, la inducción y la recuperación eran muy lentas y poco placenteras para el paciente. El éter era altamente inflamable, lo que le hacía particularmente peligroso pues ya se iban incorporando muchos equipos eléctricos en los quirófanos. El cloroformo tenía elevada hepatotoxicidad. El óxido nitroso no era inflamable, al igual que el halotano, pero su potencia anestésica era muy inferior. La inducción anestésica se realizaba con thiopental. El uso de relajantes musculares, fundamentalmente la d-tubocurarina, estaban reservados para la cirugía mayor abdominal y torácica.

    Por tanto, se estaba haciendo muy necesario la incorporación de nuevos agentes anestésicos inhalatorios más seguros y más eficaces. La búsqueda se dirigió hacia los compuestos fluorados ya que desde 1932 se había observado su acción narcotizante con la ventaja de que siendo volátiles eran muy estables, no tóxicos y no inflamables. Durante la II Guerra Mundial se intensificó el estudio de estos compuestos porque eran usados para la producción de combustibles de alto octanaje para aviones y para la purificación del uranio-235. Dentro del Proyecto Manhattan y el Mallinckrodt Co hubo patrocinio de investigaciones para su uso en anestesia pero no tuvieron éxito.