El Padre Feijóo es quizá la figura más importante del pensamiento ilustrado en la España del ochocientos. Su enorme erudición en muchas materias, y el profundo conocimiento que tenía de la sociedad española de su tiempo, le permitieron hacer una detallada descripción del estado en que por entonces se encontraban la filosofía, ciencia, política, historia, pedagogía, literatura, medicina, teología y otras disciplinas del conocimiento humano, y que plasmó en la monumental obra ensayística Teatro crítico universal y en las Cartas eruditas y curiosas. En esta tarea no tuvo ningún recato en hacer una severísima crítica del atraso en que se encontraban estos saberes en España, muy por detrás de los estados más florecientes de Europa. Aunque no era médico, sus profundos conocimientos de esta materia le valieron para hacer un análisis muy certero, y no dudó en contraponer sus pensamientos a distinguidos médicos que le contraatacaban con dureza.
Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro, natural de Casdemiro (Ourense), se ordenó como sacerdote de la orden de San Benito en el monasterio de San Juan de Samos (Lugo). Después de completar estudios en Salamanca, se trasladó al colegio benedictino de San Vicente en Oviedo, permaneciendo en esta ciudad hasta su fallecimiento. Feijóo llegó a ser uno de los españoles más cultos de su tiempo. Tenía una insaciable avidez de adquirir conocimientos y de comunicarlos. Reunió también una copiosa biblioteca y un pequeño museo de curiosidades. Muchas personas le escribían desde todas partes de España y Europa, hasta el punto de sentirse abrumado por ello. Feijóo era de una incansable inquietud intelectual y disfrutaba de su aislamiento monacal y provinciano y de una constante lectura de libros que le llegaban de todas partes.